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Una perrita pitbull rescatada de una casa abandonada cubierta de nieve tuvo un final feliz gracias a la rápida acción de una pareja.
Erica Mahnken, cofundadora de No More Pain Rescue, y su prometido Michael Favor, recibieron una llamada en enero de 2017 sobre una perrita que había sido abandonada a su suerte en una casa vieja en medio de la nieve a las afueras de Nueva York.
Al parecer sus dueños se habían marchado del lugar ante el inclemente clima del invierno, pero olvidaron a la perrita.
“Supongo que fueron a buscar un lugar cálido para quedarse, y dejaron atrás al perro”, dijo Mahnken a The Dodo. “Así que penas recibimos la llamada telefónica, corrimos y la aseguramos”.
Cuando llegaron al lugar, Michael entró y vio a la perrita en las condiciones más difíciles que pudiera imaginar. La casa no tenía calefacción, estaba cubierta de nieve, las ventanas estaban abiertas y la perrita estaba en un rincón sin agua ni comida.
Pero Michael se sorprendió al ver la reacción de la perrita, quien al ver nuevamente a un humano le hizo un gran recibimiento.
“Ella vino corriendo, súper feliz”, dijo Mahnken al medio. “Ella saltó directamente a mi auto”.
No se sabe cuanto tiempo llevaba ahí, pero se veía muy desnutrida. Así que la llevaron con ellos.
Durante el camino de regreso, Erica estuvo pensando quién podría acoger a la perrita, y de repente recordó un amigo que trabaja en los bomberos de la ciudad.
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Erica pensó que tal vez a través de el hombre podría hacer algo para recibirla. Y funcionó.
Al enterarse de la situación, el departamento de Bomberos de Nueva York aceptó rápidamente a la perrita, a quien llamaron Ashley.
“Apenas entró a la estación de bomberos movía la cola, lamía y saludaba a todos”, dijo Mahnken.
“Ella estaba súper feliz. De donde ella venía, en realidad uno no esperaría eso. Uno pensaría que sería un poco temerosa, pero no fue así”. agregó.
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Desde entonces, Ashley es una perrita muy feliz. Vive en la estación de bomberos y es muy apreciada por todos los funcionarios del departamento.
“Ella está constantemente en movimiento, hace carreras más pequeñas con ellos, va en el camión de bomberos con ellos”, dijo Mahnken.
“La sacan a pasear unas 30 veces al día. La suben al techo para jugar. Ella está constantemente en la cocina observándolos comer. Tiene un sinfín de golosinas. Tiene la vida allí”.
Ashley oficialmente hace parte del cuerpo de bomberos e Nueva York, e incluso tiene su propio asiento en el camión contraincendios.
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