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Unos ciclistas se encontraron con una oportunidad para hacer una buena acción con una perrita abandonada en un puente, sin manera de salir viva sin ayuda.
Abbey Robinson, de 45 años, nacida en Texas, salió a rodar con más amigos ciclistas desde Fort Worth a Dallas. Cuando habían recorrido unas 30 millas se encontraron con una mujer desesperada buscando ayuda para un perro que se encontraba atrapado en la viga de un puente.
“Sobre las 10:30 de la mañana, íbamos en dirección este por Trinity Boulevard, en una zona industrial de Grand Prairie, y una mujer había detenido su auto en el lado opuesto de la carretera”, explicó Abbey. “Intentaba hacernos señas, señalando el puente, diciendo que había un perro atrapado y que no podía bajar”.
El animal estaba muy asustado, sentado sobre una viga de concreto a 6 metros del suelo, parecía imposible que hubiera llegado ahí por sí mismo y tampoco había manera de que pudiera salir de ahí sin ayuda.
“Esa mañana la temperatura ya estaba por encima de los 90 grados”, recuerda Abbey. “Vertí un poco de agua de mi botella en la viga… la mirada en su cara era simplemente de desesperación. Estaba callada y quieta, y movía los ojos hacia nosotros sin mover el cuerpo”.
Los ciclistas hicieron señas a todos los vehículos que pasaban para pedir ayuda cuando llegó un vehículo de mantenimiento y pudo prestar unas escaleras. Chris Williamson, uno de los ciclistas, bajó a la viga sin dudarlo y se dirigió al perro.
No podía moverse del susto
Se encontró con una hembra asustada y sedienta, para ganar su confianza pasó unos minutos cerca, estaba tan asustada que ni siquiera se movía.
“No quería asustarla más, así que se tomó su tiempo para sentarse junto a ella y hablarle”, cuenta Abbey. “Incluso se tumbó a su lado sin el casco para demostrarle que era un amigo”.
“Una vez que sintió que ella confiaba lo suficiente en él, la levantó y la sostuvo sobre su cabeza para que pudiéramos bajar y acunarla hasta que estuviera a salvo. Volvimos a bajar la escalera y él volvió a subir a la carretera”.
La perra, que parecía haber tenido cachorros recientemente, se relajó una vez que se sintió a salvo y no se separó de Chris, su rescatista y nuevo amigo.
“Sabía perfectamente que él la había rescatado y parecía muy agradecida”, dijo Abbey.
Decidieron nombrar a la perrita ‘Moriah Wilson’, en honor a la mejor corredora de grava de Estados Unidos que fue trágicamente asesinada en Austin.
El grupo de ciclistas no quiso enviar a Moriah a un refugio saturado, por lo que acudieron a Saving Hope Rescue, quienes accedieron a brindarle un lugar de acogida.
Moriah tuvo todas las atenciones médicas necesarias en el refugio y los ciclistas continuaron visitándola.
Mira el vídeo del rescate aquí:
Crédito del video: Abbey Robinson