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Una hermosa mariposa originaria de Suramérica y Centroamérica tiene maravillados a los científicos. Además de ser fascinantes, sus singulares alas pueden ser la clave para hallar nuevos e importantes avances tecnológicos.
La mariposa de alas de cristal (Greta Oto) debe su nombre a su particular forma de pasar desapercibida en las selvas. Ellas han optado por una forma de protección totalmente distinta a las demás mariposas.
“La mayoría de las cosas en la selva tropical son brillantes y llamativas o están haciendo todo lo posible por esconderse”, dijo a KQED Aaron Pomerantz, candidato a doctorado en el Laboratorio Nipam Patel de UC Berkeley y el Laboratorio de Biología Marina. “No hay muchas cosas que simplemente intenten ser invisibles como las alas de cristal”.
La estrategia del camuflaje es muy habitual en el mundo de los animales. Sin embargo, la estrategia de esta mariposa deja de ser efectiva si su fondo no coincide. Por otra parte, existen una amplia variedad de mariposas que buscan intimidar a sus posibles depredadores con sus brillantes e intensos colores, que en muchos casos advierten de su toxicidad. Se vuelven venenosas o de sabor desagradable debido a las plantas tóxicas de las que se alimentan cuando son simples oruguitas.
Por su parte, la forma en la que la mariposa de alas de cristal ha logrado permanecer invisible es algo que ha sorprendido a los científicos.
Todas las mariposas tienen escamas que cubren todo su cuerpo para protegerlas e impedir que se mojen con el agua. Suelen ser del tamaño de un grano de sal y se parecen a las escamas de un pez.
Sin embargo, las escamas de las alas de cristal son diferentes. En las secciones que sus alas estas escamas son bastante diferentes. Se asemejan más a pelitos minúsculos apenas visibles que al estar separadas dejan pasar la luz del sol.
Ellas, como la mayoría de insectos, tienen su exoesqueleto y sus alas hechas de quitina. Un material muy resistente que en su forma más pura es transparente. Normalmente los insectos añaden pigmentos para lograr que la quitina sea del color deseado. Las alas de cristal, por el contrario, carecen de pigmentos en algunas partes de sus alas y esto sumado a su finura permite que la luz pase completamente haciéndolas transparentes.
Pero la quinina tiene un problema, es demasiado brillante para una mariposa que intenta ser invisible en la selva tropical. Las alas de cristal solucionan este problema con unas estructuras cerosas que cubren las alas tan pequeñas que apenas son visibles con un microscopio electrónico.
Este revestimiento resulta ser un antireflejante tan efectívo que los científicos lo estudian con el deseo de poder aplicarlo a creaciones humanas como todo tipo de lentes, pantallas o paneles solares.
“Estamos interesados en la bioinspiración: cosas que hemos aprendido de la naturaleza y aplicarlas a nuestras tecnologías y nuestros productos”, dijo Pomerantz a The Epoch Times.
De esta forma los científicos tratan de aplicar las soluciones que da la naturaleza a los diferentes problemas que encuentran.