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Hank Boyd, el vaquero más pequeño de su condado, nunca se separa de su preciada yegua Willow, aprendiendo el valor de la vida.
Amy y Ben Boyd, padres de 3 niños, decidieron mudarse de California al Estado de Montana, en donde la cultura vaquera es la representación perfecta del gran Oeste de Estados Unidos.
En un gran racho de 16 acres, con gallinas, perros y su caballo, Molly, de 10 años, y Hannah, de 8, recibían clases de equitación mientras Hank las observaba.
Un día, Hank, de 4 años, pidió su propio sombrero y sus botas para parecer un vaquero genuino. Y al poco tiempo llegó Willow a la familia Boyd en octubre de 2021.
“Tuvo una conexión con ella desde el principio, cuando la conseguimos”, dijo Amy, de 30 años, a The Epoch Times. “Tiene mucho valor dejar que tus hijos se críen rodeados de animales. Hay una conexión que, siento, es diferente a la de simplemente jugar con amigos”.
Nuestro pequeño vaquero comenzó paseando a Willow con una cuerda, pero dentro de poco ya estaba inmerso en su rol: montado en la silla, cepillando y alimentando a su yegua.
Pasan mucho tiempo juntos, a Willow le gusta jugar con el sombrero de Hank, y a Hank le gusta darle golosinas.
“Sabe que va a recibir golosinas, así que se emociona por él”, dice Amy. “Cuando bajamos al campo, viene corriendo hasta la puerta, feliz de vernos, pero especialmente a él. Definitivamente, le prefiere a él”.
Mira a Willow jugar con el sombrero de su amigo Hank:
Amy se maravilla de ver la evolución de Hank a través de su relación con Willow; considera que los animales pueden aportar mucho a los niños, gracias a las responsabilidades que adquieren en el proceso:
“Tenemos que cuidar de este animal; alguien tiene que ir a darle de comer y alguien tiene que cepillarlo”.
“Realmente ayuda a enseñarle la responsabilidad desde una edad temprana, porque ya sabes, vamos a tener este animal y a divertirnos con él y a montarlo, pero también tenemos que ser responsables”.
“Realmente ayuda a enseñarles la responsabilidad desde una edad temprana, porque ya sabes, vamos a tener este animal y a divertirnos con él y a montarlo, pero también tenemos que ser responsables”.
“Es bueno ver a tus hijos tener éxito y hacer las cosas por sí mismos. Me hace muy feliz”.