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Una oveja atrapada bajo una inmensa masa de lana consiguió la libertad gracias a las amorosas manos de una rescatista de animales que además de recibirla en su santuario, le sacó de encima toda la carga que hacía sus días tristes y oscuros.
La vida le pesaba mucho a una oveja abandonada a las afueras de Illinois, que soportaba en total abandono y soledad, muchos kilos de lana sobre su lomo; y ya no podía ver ni caminar bien.
La pobre oveja necesitaba liberarse de una enorme carga. Debería correr junto a otros animales y ver la vida que había arriba de su lana, por eso cuando Laura Johnson recibió el llamado sobre una oveja abandonada, se puso en contacto con el propietario para llevarla a su refugio.
Pero su rescate no fue tan fácil.
“Como pueden imaginar, cuando a un propietario le preocupa que lo denuncien por maltrato, puede resultar muy difícil renunciar a un animal abandonado”, le explicó Laura, fundadora y directora de Harmony Hill Farm Sanctuary (HHFS) de Oregon, a The Epoch Times.
El propietario se negó a que la fueran a buscar. Pero al sentirse presionado, finalmente la llevó él mismo al santuario, por lo que no pudieron obtener detalles de sus condiciones sanitarias y el entorno en el que vivía el animal.
Cuando Ellie Mae —como apodaron a la oveja— llegó al santuario, Laura sintió mucha tristeza al ver su estado, pero inmediatamente se puso a trabajar en su recuperación y la presentó en redes sociales para sumar apoyo.
“Conozcan a Ellie Mae, nuestra nueva residente. Ella es una oveja de 6 años (hembra oveja) que nunca fue esquilada. Ella será un desafío pero muy gratificante para darle una nueva vida feliz”, escribió Laura en la cuenta de Facebook del santuario.
En sus 6 años de vida, nunca había sido esquilada, y la lana, de al menos un metro de ancho, le pesaba tanto que apenas podía moverse. Incluso tampoco podía ver, ya que sus ojos estaban tapados por el denso pelaje.
“Era muy tímida y asustadiza. Era evidente que utilizaba el olfato para orientarse”, dijo Laura a The Epoch Times.
La prioridad de Laura era quitarle el exceso de lana a Ellie Mae. Al menos un poco hasta la llegada de la primavera.
“Como la lana también le colgaba del suelo, Ellie Mae no podía andar correctamente. Se adaptó cambiando su forma de andar para apartar la lana de sus pies y que no le tirara de la piel al pisarla. Con esto, sus piernas crecieron de forma inusual, y sigue caminando de forma anormal”, explicó Laura.
Con la ayuda de sus compañeros comenzaron la esquila y a medida que la lana caía notaron un cambio inmediato en su personalidad.
En 2 horas de arduo trabajo le sacaron 17 kilos (37.5 libras) y Ellie Mae ya era otra. “Se volvió curiosa y empezó a respondernos”, señaló Laura.
Pero la emoción más grande fue cuando la ovina se dio cuenta que estaba libre del peso y que sus patas también eran libres. “Empezó a corretear, y no solo a correr, sino a saltar, rebotar en el aire y aterrizar a cuatro patas… ¡saltos de alegría!”, recordó Laura.
(Cortesía de Harmony Hill Farm Sanctuary)
Antes de ser rescatada, Ellie Mae vivía en soledad. A su única compañera de rebaño la mató un coyote y solo tenía contacto con su dueño para recibir agua y heno.
Ahora, con 17 kilos menos, Ellie Mae comenzó a conocer la bondad de los humanos y la compañía de otros animales. Interactúa con el personal del santuario, responde a su nombre y se muestra muy relajada en su nuevo entorno.
En el refugio de Laura viven alpacas, gatos, perros, gallinas, ovejas, pavos, una llama y una cabra, llegando a un total de 69 animales.
Con contundentes reflexiones, la joven sostiene que “la vida de cada animal es preciosa”, e insta a tomar conciencia de los muchos animales de granja que están siendo abandonados o tratados inhumanamente.
“Ninguna criatura merece esto”.