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Un cachorro gravemente enfermo y con pocas esperanzas de vida encontró un hogar con una hermana canina que lo cuida como si fuera su madre.
Mía vivía con su perrita llamada Sola, una border collie de colores blanco y negro, y eran felices estando juntas. Sin embargo, una día Mía pensó que su mascota necesitaba compañía, tal vez otro perro como ella, y comenzó su búsqueda en un refugio de animales.
Al llegar al lugar, un cachorro tímido llamó su atención. Era una pequeña bola de pelos temblando de miedo al fondo de una jaula, estaba completamente asustado, contrastaba totalmente con los demás cachorros que brincaban y movían la cola.
El cachorro tenía al rededor de 5 días de nacido, todavía no abría completamente los ojos. Mía sintió compasión por el animal al verlo tan cohibido, y en menos de 5 minutos decidió llevarlo a casa, él sería el mejor amigo para Sola.
“Tido [como lo llamó] temblaba de mucho miedo. La primera vez que lo conocí, estaba agachado en una jaula pequeña y vieja en un refugio para perros. Tenía unos cinco días y ni siquiera podía abrir los ojos todavía”, dijo Mía a The Dodo.
La mujer estaba preocupada por la reacción de Sola al ver a un nuevo perrito en su casa, pero las dudas se desvanecieron por completo cuando vio Sola estaba muy alegre desde el primer instante que vio al nuevo integrante de la familia.
Sola estaba muy curiosa por conocer mejor a su nuevo hermano, no se separaba de él en ningún momento.
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“Sola actuó como si fuera su madre. Lamía mucho a Tido y Tido seguía tratando de mantenerse cerda de Sola”, dijo Mía.
Desafortunadamente apenas cinco días después tuvo que separarlos, ya que Tido comenzó a tener fuertes convulsiones que incluso hacían que saliera espuma por su boca.
Una grave enfermedad
Mía lo llevó de inmediato al veterinario, y le diagnosticaron moquillo, las probabilidades de vida para Tido eran nulas.
“El veterinario dijo que solo había un 5% de posibilidades de que pudiera sobrevivir”, aseguró.
Debido a que es una enfermedad infecciosa, era necesario mantener separados a los dos amigos. Sin embargo, Sola se mantuvo pendiente de Tido en todo momento.
“Sola y Tido no pudieron verse durante un tiempo, pero Sola siguió apoyando a Tido a su manera”, aseguró Mía. “Desde el día en que se llevaron a Tido, Sola se quedaba fuera de la habitación de Tido y esperaba todo el día. La cara de Sola me decía: ‘Todavía no puedo despedirme de Tido’”.
Durante 3 semanas Tido recibió atención médica y comenzó a recuperarse, afortunadamente el tratamiento funcionó y Tido sobrevivió. Quedaron algunas secuelas y en ocasiones tiene pequeñas convulsiones, pero para eso está Sola, quien lo abraza para tranquilizarlo mientras pasa el momento.
“Se parecían a una madre y un bebé reales. Sola era totalmente diferente, siempre estaba sonriendo y feliz. Ahora siempre están juntos en cualquier momento y en cualquier lugar. Viajan juntos. Hacen locuras juntos. Reunidos Sola y Tido son mucho más felices. A partir de toda esta experiencia, la vida de Sola y Tido ha cambiado. Ahora todos nos convertimos en una familia”, expresó Mía.