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Un perrito se encontraba al borde de sus fuerzas vagando por la calle, totalmente desnutrido y sin esperanzas, hasta que por fortuna quiso el destino que lo encontrara un hombre que estuvo dispuesto a darlo todo para rescatarlo.
El pasado febrero el director del centro Richmond Animal Care and Control (RACC) no pudo dar crédito a lo que encontró abandonado en la entrada de su oficina en Virginia, Estados Unidos, en una invernal mañana de domingo. Su corazón se paralizó de dolor al encontrar a un perrito en la calle en un terrible estado de desnutrición.
A pesar de sus ojitos dulces, el perrito, al que llamó Olympus, había sido víctima de un terrible maltrato que lo había llevado a una desnutrición tan extrema que ni siquiera era capaz de mantenerse en pie. Su cuerpo consistía en huesos y piel, y tiritaba desconsoladamente.
El director no dudó ni un solo momento y llevó al perrito a Urgencias Veterinarias. Explicaron que durante el trayecto puso la calefacción al máximo para reconfortar al pobre Olympus.
En Urgencias los veterinarios también se conmovieron por el lamentable estado del animalito. Su cuerpo estaba tan frío que el termómetro no indicaba la temperatura. Además su pulso era tan tenue que ni siquiera podían introducirle una vía intravenosa. Así que decidieron mantenerlo caliente y tratar de darle líquidos.
Con duros esfuerzos y plegarias consiguieron que sobreviviera durante toda la noche. A la mañana siguiente, el pulso de Olympus se había elevado y pudieron ponerle la vía intravenosa para administrarle nutrientes y medicamentos. Sin embargo, en su página de Facebook solicitaban que sus seguidores rezaran por él, ya que todavía era difícil que consiguiera sobrevivir un día más en su lamentable estado.
“Nuestra cabeza y corazones luchan con la falta de humanidad y el deseo de ayudar a terminar con el sufrimiento de aquellas mascotas que han sido abusadas, abandonadas y descuidadas. Estamos muy agradecidos con cada uno de ustedes por su continuo apoyo, ¡nos mantiene alejados del piso en un charco de lágrimas y en el trabajo luchando por la buena batalla!”, expresaron los funcionarios del centro de rescate.
Por fortuna el abnegado cuidado de los voluntarios del refugio, los veterinarios y las plegarias de sus seguidores tuvieron sus resultados. Poco a poco Olympus se recuperó y consiguió ser el perrito alegre que vislumbraban sus ojos dulces.
Sin embargo, las alegrías del perrito fueron más allá. A los dos meses de entrar en el refugio una compasiva familia lo adoptó y se comprometió a ofrecerle un hogar seguro, donde nunca más volverá a pasar penalidades.
“Con un montón de oraciones de curación y buenos deseos de todo el país, ¡nuestro dulce Olympus por fin ha sido adoptado! Sinceramente, no podemos creer que haya sobrevivido… ¡fue difícil durante un tiempo! Gracias por vuestro amor, amabilidad y continuo apoyo al RACC. Hoy es un GRAN DÍA”, publicaron.