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Un perrito esperó pacientemente por casi un mes en la puerta de su hogar, sin saber que sus antiguos dueños lo había dejado atrás. Por suerte, los vecinos se propusieron a ayudarlo en su difícil situación.
Gloria Cabal, residente de Everglades, Florida, EEUU, vio a un perro sin comida ni bebida en el patio de una casa deshabitada. Salvatore, como llamaron al perrito, no tenía ni idea de que sus dueños se habían mudado y lo habían abandonado.
Gloria se encargó de darle agua y comida e intentó acariciarlo y ponerle la correa. Pero Salvatore no permitía que nadie se acercara. La mujer se llenó de paciencia, e intentó visitarlo cada vez que podía, tratando de ganarse su confianza.
“Gloria publicó y etiquetó a una organización de rescate para que se hiciera cargo de él una vez que lo recogiera. La EADR se comprometió a acogerlo”, dijo Denise Guevara, vicepresidenta de Everglades Angels Dog Rescue (EADR), a The Epoch Times.
Sin embargo, ninguna de las dos imaginó que les tomaría tanto tiempo rescatar a Salvatore. Él simplemente no quería dejar su antiguo hogar.
“No podía ponerle correa ni atraparlo. Hacía un gruñido bajo, pero nada agresivo”, dijo Guevara.
Salvatore siempre ha sido un buen chico, y tenía un gran vínculo especialmente con los dos hijos de la familia a quien sin duda extrañaría mucho en esos momentos. Tiene entre cinco y seis años, es de raza es mestiza y tiene 30 kilos de adorable ternura a pesar de sus ojos tristes.
Con el tiempo, Gloria se fue ganando su confianza. Había logrado que le moviera la cola y le permitía alimentarlo de su mano cuando ocurrió un imprevisto. El 31 de julio, un grupo de agentes inmobiliarios visitaron la casa y espantaron al perrito. Salvatore se quedó en el parque de enfrente de la casa, pero Gloria no se rindió y redobló sus esfuerzos por rescatarlo, y en agosto pudo atraparlo.
“Estaba a punto de llegar una tormenta, y Gloria consiguió permiso para acceder a la puerta principal de la casa. Salvatore entró a su antigua casa y en ese momento, casi un mes después, pudo meterlo en una jaula y llevarlo al veterinario. El 19 de agosto, Salvatore estaba bajo nuestro cuidado”, dijo Guevara.
Salvatore estaba nervioso pero se adaptó a sus rescatistas. En el hospital decidieron darle unos días para que se acomodara antes de hacerle el chequeo médico.
El resultado demostró que a pesar de su lealtad, Salvatore era un perrito desatendido. Requirió vacunas, extracción de dientes, esterilización y un microchip, ya que nunca se lo pusieron.
Una vez en el refugio, Salvatore se ganó los corazones de todos los voluntarios a pesar de que estuvo poco tiempo allí. “Nos contactó una persona cuya familia, hace muchos años, había adoptado uno de nuestros Bulldogs Americanos rescatados”, dijo Guevara. “Lamentablemente, falleció el año pasado de cáncer, y el hijo estaba buscando un nuevo miembro para unirse a la familia. Era una pareja hecha en el cielo”.
De esta manera, Salvatore se unió a su familia definitiva el 16 de octubre.
La EADR celebró con un posteo en Facebook el feliz desenlace para este hermoso perrito, que finalmente vio premiado su noble corazón y ya tiene una familia que lo quiere como se merece.