¡Comparte!
Un fotógrafo de vida silvestre se encontró en una situación completamente excepcional mientras recorría una zona remota de Canadá en busca de un lince para fotografiar.
Jean-Simon Bégin, pintor profesional y fotógrafo de 32 años, realizó un viaje al norte de Canadá, lejos de Quebec, durante varios días con la ilusión de cruzarse con un lince.
Aficionado a la fotografía desde los 12 años, Bégin tan solo se encontró con un lince hasta los 20 años de edad.
“Es un animal que contrasta mucho con la naturaleza que lo rodea”, dijo Bégin a The Epoch Times. “Se sentó y me miró durante un buen rato antes de empezar a lamerse”.
Desde entonces, reencontrarse con un ejemplar se convirtió en su mayor obsesión, que solo se hizo realidad en su último viaje, sin embargo, obtuvo más de lo que podía haber deseado.
“El lince es un animal que siempre está en movimiento y tiene un territorio enorme”, dice Bégin. “Así que hay que tener suerte”.
La población de linces en Canadá es limitada debido a la profundidad de la nieve que le dificulta el movimiento, la capacidad de soportar fuertes tormentas y de encontrar refugios seguros, lo que hace difícil encontrarlos.
Además, el lince es un animal solitario y permanece en áreas definidas, donde establece varios lugares de refugio como troncos huecos, matorrales o pequeñas cuevas debajo de rocas. Cuando múltiples territorios de lince se superponen, suelen establecer una jerarquía de dominio.
Pero Bégin se preparó durante mucho tiempo, y estaba dispuesto a encontrar al menos un lince en su hábitat natural.
Sin embargo, su esperanza de encontrar un ejemplar se estaba desvaneciendo con el paso de los días, mientras recorría la espesa nieve y acampaba en lugares improvisados cuando el sol caía.
“El lince es un animal que siempre está en movimiento y tiene un territorio enorme”, dice Bégin. “Así que hay que tener suerte”.
Pero su esfuerzo fue recompensado, y durante su caminata encontró varias huellas de lince, pero tuvo que posponer su búsqueda para el día siguiente debido a una tormenta de nieve.
“Durante seis horas, caminé por los caminos nevados del bosque. Al llegar al lugar donde había visto las huellas por la mañana, me sorprendió ver que el grupo había caminado sobre mis huellas”.
Bégin levantó la mirada, y se sorprendió al ver a un lince solitario sentado en el suelo, a unos 100 metros de distancia.
“De repente, un pequeño lince salió del bosque y se unió a él, luego otros tres. Por último, llegó otro adulto para sentarse con ellos”, explicó Bégin. “Tenía ante mí un total de seis linces. Era algo tan excepcional que apenas podía creerlo”.
De repente, el grupo de linces comenzó a caminar hacia él, haciendo algunas pausas, para luego continuar acercándose.
“[Esto continuó] hasta que los seis linces estaban a mi alrededor, sentados en la nieve, escudriñando el bosque en busca de una liebre. Yo les daba igual”.
El hombre estaba completamente emocionado, estaba viendo su sueño cumplido, pero fue más de lo que esperaba, y empezó a registrar a los felinos con su cámara.
“Creo que soy uno de los únicos humanos del mundo que ha experimentado esta cercanía con seis linces salvajes”.
Cuando regresó a casa, Bégin comártió algunas imágenes en sus redes sociales que llamaron la atención por varios días.
“Creo que el mundo entero vio mis imágenes durante un mes en Instagram y Facebook”, explica. “Todos los fotógrafos de fauna salvaje del mundo las vieron”.
Mira más fotografías: