En una hermosa ciudad, en un frío día de invierno, nació un caballo en el establo de una granja familiar.
El potro, de color café, al que llamaron Raiven, era hijo de una yegua de competencia.
Desde muy pequeño Raiven mostró un gran porte, que se acentuaba por sus largas crines.
Raiven creció rodeado de otros caballos que…