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Tres corazones rotos estaban destinados a encontrarse y sanar sus heridas, dejando un hermoso ejemplo de que la naturaleza es sabia y milagrosa.
Sammy, una yegua shire de 12 años, dio a la luz a un potro muerto y estaba muy angustiada por la pérdida, pero lo que no imaginaba es que dos pequeñas almas la estaban esperando.
Mientras Sammy transitaba su penoso duelo, su dueña, Cath Pegg, de Leicestershire, Inglaterra, acudió a las redes sociales para ofrecer a su yegua como madre de acogida. No quería desperdiciar la leche de Sammy y quería ayudarla a mitigar la pérdida.
Mientras tanto, del otro lado del establo, Jess Westwood lidiaba con otra difícil situación: su portillito pura sangre perdía a su madre por complicaciones de salud luego del parto.
“Mouse nació muy pequeña y desnutrida y, al principio, su madre no se ocupó de ella”, explicó Jess, propietaria de Molland Ridge Stud and Rehabilitation, en Somerset, Inglaterra, a The Epoch Times. “Mouse no era capaz de alimentarse sin ayuda”.
Pero esta suerte de causalidades acababa de comenzar cuando el mismo día que nació Mouse, en un lugar no muy lejano nacía Tracey, una potranca pura sangre que también quedó huérfana luego que su madre sufriera una hemorragia en el parto.
Conociendo la experiencia de Jess, la dueña de Tracey, Rosemary Pease, acudió en su ayuda.
“Me ofrecí a alimentar a Tracey junto a Mouse”, dijo Jess. “Dos huérfanos están mejor juntos porque se ayudan mutuamente. … En realidad no intenté encontrar una yegua de acogida, ya que la probabilidad de encontrar dos yeguas al mismo tiempo era muy poco realista”, enfatizó.
Pero no todo estaba perdido. Cuando Jess vio la publicación de Cath buscando potrillos para que le den consuelo a su shire, no perdió el tiempo y salió a buscar a Sammy para llevarla a Molland Ridge.
Para Jess, que tenía que darles el biberón a Mouse y Tracey las 24 horas del día, esto era una especie de milagro. Pero el único problema posible radicaba en que eran dos bebés para una sola mamá, pero con la raza de Sammy estaba todo resuelto.
“Si algún tipo de caballo pudiera cuidar de dos purasangres, sería un shire o un clydesdale, ya que tienen mucha leche y son los más amables”, explicó Jess. “Además, son más tranquilos por naturaleza que los pura sangre, por lo que es menos arriesgado presentarlos a los huérfanos. Cath estaba muy dispuesta a darle a Sammy la oportunidad de acoger a la pareja”.
Además, el peso combinado de los pequeños potrillos era igual al bebé de Sammy, lo que significaba que la yegua era perfectamente capaz de alimentar a las dos hambrientas crías a la vez.
Amor a primera vista
Para asegurarse que el emparejamiento sea exitoso, Jess trajo un poco de la paja en la que Sammy había parido que contenía restos de placenta. Frotó la paja en ambos potros para que olieran como el propio bebé de Sammy y el veterinario le dio un sedante suave para ayudarla a relajarse, y el milagro no tardó en suceder.
“Presentamos a Tracey, el potro un poco más grande”, dijo Jess . “A Sammy se le iluminaron los ojos y enseguida supimos que la iba a aceptar”, agregó.
(Cortesía de Jess Westwood)
Tracey fue directo a tomar leche y el momento fue mágico.
Después de esta exitosa unión le tocaba a Mouse conocer a su nueva mamá.
“Mouse estaba más indecisa porque su verdadera madre era difícil. Pero Sammy era muy bueno con ella, y después de unas horas de observar a Tracey tomar leche, empezó a seguir su ejemplo y se dio cuenta de que Sammy no iba a hacerle daño”, explicó Jess.
El trío no tardó en hacerse inseparable. Sammy incluso cuidaba especialmente de que Mouse, el más pequeño, estuviera bien alimentado y hacía todo lo posible para asegurarse que el bebé succione bien.
“Sammy parecía bastante sorprendida de tener dos potrillos galopando a su alrededor”, dijo Jess. “Ahora disfrutan saliendo por la noche cuando el tiempo es fresco, y dentro durante el día, donde se relajan en los establos del gallinero”.
Ahora, gracias a la nutritiva leche de la “yegua milagrosa”, como la apodó Jess, Tracey ya alcanzó los 146 kilos, y Mouse llegó a los 103 kilos y no paran de crecer.
“¡Es tan especial ver a estos dos potrillos prosperar! Han luchado con la transición de leche de polvo a leche super alta en proteína de Sammy. Pero qué lindo verlos bien gracias a un esfuerzo de equipo”, publicó Jess en la cuenta de Facebook de Molland Ridge.
Jess espera que con el tiempo Mouse se ponga al día para ser destetado junto a Tracey. Luego ambos se integrarán al resto de los equinos para ser criados como caballos de carrera.