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Una pareja estaba en su casa de campo al lado de un río cuando de repente aparecieron dos águilas que se cruzaron en el aire, y cayeron al agua.
Lynne Thompson, de 59 años y Scott Crockett, de 63 años, se encontraban en la terraza de su casa en el río New Meadows, Idaho, contemplando el paisaje cuando observaron al par de águilas calvas a girar en espiral unas 10 o 12 veces antes de azotar en el agua, por lo que se acercaron a ver lo que sucedía.
“Tomamos los prismáticos y empezamos a mirarlos, y no se movían, así que le dije a Scott: ‘Tenemos que ir hacia allá y ver qué pasa. Quizá estén heridos’”, dijo Lynne a The Epoch Times.
“Tenemos un pequeño bote de 17 pies y dimos un paseo hasta allí, 200 o 300 yardas”.
Lynne llevó su cámara fotográfica para documentar el suceso y tomar fotos de las aves y después se subieron a su bote para acercarse.
A lo lejos se podía ver una mancha sobre el agua, las águilas simplemente estaban ahí flotando, sin moverse.
Al estar más cerca, se dieron cuenta que las aves estaban enredadas, agotadas y confundidas.
“No estaban asustadas en absoluto, solo nos miraban. Una siseó un poco”, dijo Lynne. “No había realmente ninguna emoción en ellos, eran muy estoicos”.
Lo que hizo Scott para separarlos fue simplemente empujarlos con una pértiga y funcionó, se soltaron y comenzaron a nadar hacia la orilla.
“Nunca había visto nadar a un águila. La más fuerte llegó a la orilla, se subió a las rocas y batió las alas para quitarse el agua… luego se fue volando. Subió a uno de sus árboles favoritos”, aseguró Lynne.
Pero la otra estaba muy agotada y seguía en el agua, por lo que esperaron para asegurarse que pudiera volar y así fue, después de recuperarse fue libre también.
Algunos expertos aseguran que las águilas pudieron enredarse por dos motivos: una pelea territorial o un cortejo de apareamiento.
Por supuesto que Lynne pudo tomar fotos increíbles del momento que vivió y las compartió en sus redes sociales. Posteriormente las compartió con Maine Wildlife, en donde tuvo un mayor alcance.
La cámara le ha permitido a Lynne capturar su amor por la naturaleza durante su jubilación, incluso presentó sus fotografías en un concurso de la revista Downey de Nueva Inglaterra.