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Tuvieron que pasar tres años para que un alma noble se compadeciera de un perrito que a todas luces era uno más de la calle: desnutrido, cubierto de pulgas y con el pelaje sucio y largo. Pero una revisión en la veterinaria reveló un microchip que condujo hasta la familia del can, quienes lo buscaron desesperadamente durante tres años.
Si Binky pudiera hablar, podría decirle a su familia humana dónde estuvo durante los tres años en que estuvo extraviado, y todo lo que padeció en las calles para sobrevivir.
Binky fue adoptado por su familia en un refugio que lo rescató 18 años atrás, en Georgia, EE. UU. Cuando ya era un perrito anciano ―a los 15 años―, Binky desapareció y su familia no pudo localizarlo a pesar de todos sus esfuerzos.
La familia quedó desolada y no tuvo más remedio que confiar en que si alguien lo encontraba, lo podría llevar a escanear y encontrarían la información en su microchip para devolverlo.
“Esperaron junto al teléfono durante años”, explicó Dorchester Paws, hasta que el mes pasado recibieron la anhelada llamada… “La familia no podía creerlo”.
El camino de regreso a casa
Una semana antes, un perrito en estado deplorable llegó al refugio de Dorchester Paws, en Carolina del Sur. Era el pequeño Blinky, pero al no saber su nombre o si tenía dueños, lo llamaron cariñosamente Mr. B.
El estado del peludito conmovió a una buena persona que rápidamente lo llevó al refugio cuando lo vio vagando por la zona.
“Llegó a nuestro refugio con un pelo muy largo, desnutrido, con las uñas demasiado grandes, los dientes podridos, cubierto de pulgas y con un montón de problemas médicos que requerían atención inmediata debido a su edad”, escribió Dorchester Paws.
En unas fotografías compartidas al medio WCSC, de Carolina del Sur, se puede ver el penoso estado en que Binky fue encontrado, y también el maravilloso trabajo que las personas del refugio hicieron antes de saber que tenía una familia esperándolo.
Después de quién sabe cuánto tiempo, Blinky tuvo una revisión médica, le quitaron todo el pelaje enmarañado, lo bañaron y recibió tratamiento urgente.
La limpieza y revisión del pequeño reveló el microchip donde venía toda la información de su familia. ¡Binky estaba a seis horas de su hogar, en un estado vecino!
El reencuentro
El personal que trabaja en los refugios suele tener un fuerte sentido de empatía con los animalitos y todo el dolor que la gran mayoría carga tras vivir en las calles. Dorchester Paws no es la excepción, y gracias al esfuerzo de un voluntario comprometido, Binky viajó hasta ser entregado a su familia.
El momento no pudo ser más conmovedor; tras poco más de tres años, el anciano animalito llegó con su dueña, quien comenzó a llorar apenas lo tuvo en sus brazos.
“La historia de Binky no sólo es desgarradora, sino que demuestra la importancia de los microchips y de hacer lo correcto”, reflexiona Dorchester Paws en el mismo posteo, “Si alguien hubiera llevado a escanear a Binky cuando lo encontraron en Georgia, podría haberse reunido con su familia mucho antes”.
Extraviarse puede ser una de las experiencias más angustiantes, pero para un perrito puede ser mucho peor, ya que no tiene manera de comunicarse y decir “solo estoy perdido, pero sí tengo familia”.
De acuerdo a Daily Paws, tres años de vida de un perro de raza pequeña equivalen a 28 años humanos, ese es el tiempo que el pobre Binky estuvo perdido.
Afortunadamente, gracias a las personas de buen corazón que se encontró en el camino, Blinky regresó a casa y podrá pasar sus últimos años junto a la familia que tanto lo ama.