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Una perra fiel y compañera dejó un vacío enorme en una familia de Texas, cuando desapareció repentinamente y sin dejar ningún rastro Tres años después, tan repentino como su desaparición, sucedió algo mágico y la cachorra adorada volvió a casa.
Daisy, una cariñosa perrita que fue rescatada cuando tenía apenas 12 semanas, lo era todo para Katrina Skelton y su esposo, Mark, unos recién casados de Sugar Land, Texas, que estaba comenzando a formar una familia.
Durante casi cuatro años Daisy los acompañó en cada momento especial, y cuando nació su primer bebé, la canina se convirtió en la fiel compañera del pequeño.
“Durante el primer año que tuvimos a Daisy, solo éramos ella, mi esposo y yo”, dijo Katrina a The Epoch Times. “Ella fue nuestra primera bebé. La tuvimos durante cuatro años antes que desapareciera”.
En febrero de 2019, sin que nadie lo advirtiera, Daisy se escapó con otra mascota de la familia. Horas más tarde, el perro apareció, pero Daisy no regresó.
Los días siguientes la buscaron incansablemente por cada rincón del barrio y la ciudad. Publicaron fotos en Facebook y en PawBoost, y pegaron letreros por toda la zona. Además visitaron los refugios locales durante semanas y meses después de su desaparición.
“Conducíamos por el área llamándola por su nombre los primeros días, y cada vez alguien nos contactaba pensando que la había visto”, dijo Katrina. Pero de Daisy no se supo nunca más nada.
Los años pasaron y la familia creció, pero los recuerdos y el cariño por Daisy estaban intactos. Por eso, cuando tres años después sonó el teléfono, confirmaron su sentimiento de que algún día la encontrarían.
“Nunca nos dimos por vencidos de encontrarla”, dijo Katrina. “Ella siempre estuvo en nuestros pensamientos. Mi hijo mayor, Jackson, incluso hablaba de ella al azar”.
Lo que jamás imaginaron era que su amiga también los esperaba, pero a más de 1000 millas de distancia.
Cuando Mark recibió una llamada de Tiffany Clay, desde Marion, Indiana, no entendía cómo la perrita había llegado tan lejos. De hecho, nunca lo supieron.
“Daisy entró en su patio trasero y Tiffany la llevó al veterinario para buscar un microchip”, dijo Katrina. También recibieron un correo electrónico de la compañía de chips, informando el hallazgo.
Nadie sabe cómo hizo Daisy para viajar 1200 millas desde su hogar en Sugar Land hasta la norteña ciudad de Indiana, pero nada más importaba que haber recuperado a su amada cachorrita.
Katrina y su familia se organizaron para salir lo más rápido posible y emprendieron un viaje de 17 horas en busca de Daisy.
Cuando llegaron a casa de los Clay, la perrita estaba un poco abrumada y confundida, pero cuando Mark se quitó el sombrero “fue como si se encendiera una bombilla”, dijo Katrina. “¡Daisy comenzó a ladrar emocionada y a acurrucarse en nuestros brazos!”.
Después de otro largo viaje volvieron a casa, y fue muy emocionante cuando Daisy reconoció de inmediato a Duke, el otro perro de la familia.
“Saltaban y gemían, estaban muy emocionados”, le dijo Katrina a Fox News.
Para Katrina y su familia fue un regalo inmenso volver a tener a Daisy, y parte de esta fortuna la atribuye a la importancia del microchip.
“Póngales un microchip a sus mascotas”, advirtió Katrina al mismo medio. “Nunca pensamos que era algo que necesitaríamos o usaríamos, pero es un salvavidas”.
Ahora están disfrutando de tener a su mascota preferida de regreso en casa.
“Simplemente la amamos y pasamos todo el tiempo que podemos con ella”, dijo Katrina a The Epoch Times.
Daisy ha vuelto a seguir a los niños y es como si “nunca se hubieran perdido un día juntos”, dice Katrina, que además se siente tan agradecida de que “todavía existen personas amables” en este mundo.