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Unos vecinos vieron a lo lejos a un gato en aprietos a punto de morir ahogado, y buscaron la forma de rescatarlo.
Lindsay Buchanan, de Tampa, Florida, se encontraba en camino a su trabajo cuando una vecina se le acercó para decirle que había un gato luchando por sobrevivir en medio de la bahía, y era muy difícil llegar a él.
La situación se trataba de una emergencia, ya que el malecón que rodea la bahía de Tampa es muy alto, lo que hace casi imposible que alguien que entre al agua pueda salir.
“[Mi vecina] había estado observando al gato nadar sin rumbo, arrastrado por la corriente, mientras los pájaros volaban en círculos y en picado”, dijo Lindsay a The Epoch Times. “Entonces salió a buscar ayuda, cuando me vio y me contó lo que estaba pasando”.
Lindsay avisó a su familia, su hermana estaba a punto de nadar hacia el michi cuando recordaron que tenían un vecino con unas escaleras y tabla de surf.
Se dirigieron al vecino para pedir ayuda y por supuesto que se ofreció a rescatar al gato remando en su tabla.
“Un par de semanas antes, [el vecino] y yo habíamos hablado del peligro del dique y de cómo los animales y las personas no tendrían forma de salir si se caían”, explicó Lindsay.
“Y esa conversación le había inspirado para comprar la escalera”.
Mientras el vecino remaba hacia el gato en apuros, Lindsay lo estuvo monitoreando a través de unos binoculares para no perderlo de vista.
“Fue angustioso ver al vecino salir remando”, dijo. “Finalmente llegó allí, tomó al gato y lo puso en la tabla de remo”.
No tuvo que meterlo en el contenedor; el gato no se resistió. Estaba exhausto y no paró de maullar durante todo el trayecto hasta el malecón. Todos nos sentimos aliviados y agradecidos de que se salvara”.
Al tener al gato en tierra, se dieron cuenta de su gran tamaño y decidieron bautizarlo como “Baby”.
Una gran sorpresa
Cuando Lindsay llevó a Baby a su departamento, se dio cuenta que se golpeaba con los objetos al caminar y encontró una herida en su lomo.
Lo llevó con un veterinario, donde le dijeron que era un macho de gran tamaño y que estaba ciego, aparentemente de nacimiento.
“He preguntado a varios veterinarios sobre su visión y si hay alguna esperanza de recuperarla”, dijo Lindsay. “Me han dicho que es probable que naciera ciego o que se quedara ciego a una edad temprana, así que no se puede hacer nada”.
Baby tenía graves heridas en su piel, al parecer provocadas por una bacteria carnívora, por lo que tuvo que pasar por un tratamiento agresivo.
Hubo ocasiones en que Baby estaba tan débil que dormía todo el tiempo, Lindsay llegó a pensar que no sobreviviría, pero Baby lo logró.
Lindsay buscó a los dueños del michi pero no los encontró, así que decidió adoptarlo.
“No tenía intención de tener mascotas en ese momento, pero cuando quedó claro que no había un hogar cariñoso al que devolverlo, ¡no pude resistirme a convertirlo en un miembro de mi familia!”, dijo Lindsay.
Baby se adaptó a su nuevo hogar, Lindsay se comunica con él a través de palabras clave y sonidos para alimentarlo o darle cariños.
“Hemos tenido más gatos a lo largo de los años, y todos le consideran el líder de la manada. Les encanta acurrucarse con él, lo cual es gracioso de ver teniendo en cuenta que es un poco estoico y gruñón, pero parece que él también lo disfruta”.