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Una iguana marina macho llamado Josh vivía en una selva tropical a la orilla del océano, rodeado de muchos animales.
Josh era un experto nadador, y solía sumergirse en el mar para obtener las más deliciosas algas de la profundidad.
Pero había otras iguanas marinas en el lugar que no tenían tanta capacidad, y le preguntaron a Josh si podía compartir su comida.
Josh se negó rotundamente y simplemente se alejó.
Al enterarse su mamá le dijo: “deberías compartir tu comida, nuestras habilidades son para ayudar a los demás”.
Pero Josh no escuchó, y lleno de ira, de su casa huyó.
Entró al mar para ir por más comida, pero el enojo lo invadió, y al poco tiempo se perdió.
Por más que nadaba no lograba llegar a la orilla, y así pasaron cuatro días.
Al verse solo, sin ayuda, Josh reflexionó:
“Si no puedo regresar, ni yo ni nadie podrá disfrutar de las deliciosas algas del fondo del mar”.
“De ahora en adelante compartiré mi comida con las otras iguanas del lugar”.
Para ver lo que sucedió después mira el videocuento a continuación: