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Una mujer que encontró abandonada a una cría de conejo silvestre hizo todo por cuidarla y la devolverla a la naturaleza. Sin embargo, a pesar de su instinto salvaje, la encantadora coneja la sorprendió.
En junio del 2020, Jessica Lee de 25 años encontró a una cría de conejo cola de algodón en su patio trasero en Marietta, Georgia. La pequeña cría se hallaba desorientada moviéndose entre los árboles.
Al ver a la pequeña indefensa y sola, Lee se puso unos guantes antes de acunarla en su mano, y la pequeña frotó su cabecita contra sus dedos. “Las colas de algodón orientales nacen ciegas y sordas, así que probablemente pensó que yo era su madre”, dijo a The Epoch Times.
Decidió buscar qué podía hacer con la pequeña cría y tras un rato de investigación entendió que lo mejor que podía hacer era encontrar su madriguera. Cuando la encontró, descubrió que también había otros dos conejitos más, y puso a la pequeña a su lado pensando que ahí terminaría todo.
Sin embargo, cuando se levantó a la mañana siguiente y fue a ver cómo se encontraban las crías notó que tenían peor aspecto. Tampoco había rastro de la madre. Así que decidió espolvorear harina en la entrada y colocar una “X” sobre la madriguera para comprobar si la madre venía por la noche. A su pesar, al día siguiente las marcas estaban intactas y las crías habían desaparecido.
“Me angustié. Empecé a buscar por el perímetro y los encontré en la zona de hierba de mi patio trasero. Los tres conejos lograron salir a rastras del nido, lo que significa que estaban hambrientos y sin comer. Entonces asumí que la coneja madre los había abandonado y los acogí”, agregó Jessica al medio.
Jessica intentó llevar a los animalitos a un centro de rehabilitación de animales silvestres pero respondieron que estaban demasiado lejos y no admitían crías de conejo en ese momento.
Tras realizar una investigación sobre cómo cuidarlos, ella misma encontró la manera adecuada de alimentarlos. Compró leche materna para gatitos y la mezcló con leche de cabra, y alimentó a cada cría con un gotero cada tres o cuatro horas.
Sin embargo, también descubrió que solo el 10 por ciento de los conejos huérfanos sobreviven. Por suerte, consiguió salvar a uno al que llamo Honey.
Video cortesía de Jessica Lee
Cuando Honey abrió los ojos ya había pasado la peor parte. Entonces, Jessica introdujo en su dieta una variedad de alimentos sólidos y dejó de amamantarla. Con apenas dos meses, Honey correteaba por el patio de Jessica, y poco a poco se fue fortaleciendo.
El vínculo entre ellas dos se hizo muy fuerte. A pesar de ser muy asustadiza con todos los miembros de la familia, Honey identificaba a Jessica como su salvadora y la colmaba de amor y cariño todas las mañanas. Ella le podía dar de comer a mano y Honey se subía a su regazo.
Los días pasaron y Jessica trató de acostumbrarla cada vez más a los espacios abiertos. Honey vivía en una conejera en el patio trasero. “Le permitía entrar y correr por la casa”, recuerda Jessica. “Corría por el salón, esquivando los muebles como si estuviera en una carrera de obstáculos. Era muy bonito”.
Cuando Honey cumplió dos meses y comenzó a dar zarpazos a la puesta del patio, Jessica decidió que había llegado el momento de iniciar un proceso de liberación. Día a día Jessica le permitía salir y Honey fue ganando más confianza. Pero aún regresaba a la protección de su hogar.
“Seguía manteniéndola en mi patio por la noche, pero durante el día la dejaba salir para que se acostumbrara más y se alimentara en la hierba”, dijo Jessica.
Cuando Honey cumplió 9 meses estaba lista para marcharse. Honey empujaba con todo el cuerpo la puerta y cuando Jessica la abrió, Honey se alejó. Fue un día muy emotivo para Jessica. Pensó que nunca más la vería. Sin embargo, por la noche la coneja se acercó a la casa, aunque se mantuvo la distancia.
Regresó una semana después, y luego al mes. Debido a su fuerte instinto, Honey se alejaba corriendo si Jessica se acercaba demasiado.
Honey ya tiene dos años y Jessica espera verla de nuevo brincando por el patio trasero de su casa.
Tras su hermosa experiencia, Jessica aconseja que si alguien se encuentra en su situación trate de asegurarse bien que los conejos estén realmente huérfanos. Lo mejor es colocarlos en el nido y esperar.
Video cortesía de Jessica Lee