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Una mujer rusa amante de los animales salvó la vida de unos linces en peligro de muerte y teminó cuidándolos como parte de su familia.
familia también sumó tres caballos.
empre se había considerado una mujer de gatos pero de alguna forma terminó con ocho perros en casa: seis huskies, un samoyedo y un perro esquimal. A su gransabía que si quería un gato tenía que ser uno lo suficientemente fuerte para que no se dejara intimidar por sus perros. Después de plantearse si adoptar un serval o gatos híbridos, descubrió que había una especie de felinos que estaba especialmente amenazada en Rusia.
Allí las temperaturas son heladas y aún se consiguen abrigos de piel de lince. Algunas familias, generación tras generación, han criado a estos animales con el objetivo de obtener sus pieles. Sin embargo, en Rusia también es legal adoptar a un lince y cuidarlo en casa.
Así que Poznyak primero rescató a Geralt de una familia de cría de linces. Para alegría de Poznyak, su manada de perros aceptó perfectamente al pequeño felino.
“Sorprendentemente los perros nos ayudaron mucho con el cuidado de Geralt. Jugaban con el gatito, le permitían morderles las orejas, dormir sobre su barriga y, por supuesto, robarles la comida”, dijo Poznyak a BoredPanda.
Incluso Banshee, la senior de la manada, lo cuidó como si fuera su cachorro, enseñándole a vivir como un animal doméstico.
Después de que Geralt se hubiera convertido en el alma de la fiesta de los huskies, Poznyak decidió que había llegado el momento de adoptar a otro lince.
Esta vez se trató de una hermosa lince que ya había sido rescatada de una granja de pieles, pero no había podido adaptarse al proceso de domesticación con sus antiguos dueños. Poznyak decidió tratar de ayudarlos pero no fue fácil porque la pequeña Bulochka desconfiaba de los humanos.
Por suerte, aunque los linces son solitarios, Gerald aceptó a Bulochka como a una hija y la ayudó a adaptarse.
“No puedo decir que él le estuviera enseñando nada, pero sin duda ella aprendía de él. La lección más importante fue que los humanos no son enemigos para el lince, sino amigos y líderes”, aseguró Poznyak.
La gran familia de Poznyak espera poder adoptar a más linces. Sin embargo, hay algunas personas que han cuestionado su ayuda a los linces, y comentan que al ser animales salvajes lo mejor sería liberarlos en la naturaleza.
No obstante, Poznyak explica que estos linces han sido criados en cautiverio por generaciones y han perdido totalmente el contacto con la vida salvaje. Además, la salud de los linces nunca fue una prioridad para sus criadores así que requieren muchos cuidados.
Hoy en día, los linces están sanos, son mansos, juguetones y forman parte de la familia.
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