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Decenas de canguros mueren al año por diferentes razones en Australia, dejando a sus bebés huérfanos y con nulas posibilidades de supervivencia. Por esta razón, una mujer se propuso salvar a los canguros bebés abandonados para regresarlos sanos y salvos a la naturaleza.
Christie Jarrett es una voluntaria del Servicio de Información, Rescate y Educación de Vida Silvestre (WIRES), en Nueva Gales del Sur, Australia, que ha estado rescatando canguros huérfanos abandonados.
Jarrett construyó un refugio en su propia casa, ubicada en Bathurst, en Nueva Gales del Sur, donde los canguros reciben comida, cuidados y protección mientras crecen y cuando pueden cuidarse por sí mismos son liberados.
El 2020 y 2021 fueron dos años difíciles para la vida silvestre en Australia. Debido a una sequía prolongada e incendios forestales los hábitats fueron afectados.
Jarrett logró salvar a más de 750 canguros en 2020. “Algunos de ellos estaban muy débiles y tenían bajo peso, y serían sacrificados casi de inmediato”, dijo, según ABC.
Andy, un canguro especial
Algunos canguros pueden llegar heridos, como Andy, un canguro de 7 meses que llegó por un ataque de cuervos después de que su madre falleciera.
“Tuvo un poco de cirugía y ahora está muy bien”, dijo Jarrett a Reuters.
Andy requirió más cuidados y más tiempo para recuperarse. Estuvo aproximadamente 18 meses con biberón y en una bolsa de tela, hasta que finalmente pudo sobrevivir por sí mismo en las llanuras.
Un trabajo continuo
Mientras las crías se recuperan y crecen, la puerta del refugio está abierta, así entran y salen hasta sentir la confianza de regresar a la naturaleza definitivamente. Algunos regresan a visitar a Jarrett con frecuencia.
Tras 10 años como cuidadora de vida silvestre y rescatista activa de canguros, Jarrett asegura que los canguros han sufrido mucho en los últimos 5 años debido a la sequía y los fuertes incendios forestales en Australia.
Todo esto genera que aves y animales silvestres se desplacen fuera de su área de distribución natural y se expongan a muchos peligros, como choques de automóviles.
La situación fue alarmante en el 2020 cuando la población disminuyó en un 25 %, de 14 millones en 2019 a 10.5 millones de animales, según ABC.