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Un diminuto gorrión que quedó huérfano tuvo la fortuna de caer en manos bondadosas que lo dieron todo para que el pequeño pichón sobreviviera. Como es de esperar de la nobleza del reino animal, el pajarito devolvió tal gratitud, pero lo hizo de la manera menos pensada.
Una ave recién nacida que cae de un nido no puede esperar nada más que un destino fatal. Sin la protección y cuidados de su madre, en cuestión de minutos su vida se pone en peligro.
Pero un pajarito de Eslovenia, entre las miles de aves que habitan la región costera del país, estaba destinado a vivir cuando el lugareño que lo encontró supo a quién debía llamar para socorrer al vulnerable pichón.
Cuando Janja Èerne y Aleš Zariè, recibieron un llamado sobre una cría de gorrión volantón que había caído de su nido y estaba desamparado, no dudaron en acogerlo en su casa.
“Nuestra amiga Suzana nos llamó cuando su vecina encontró un gorrión volantón en el suelo cerca de su casa”, explicó Aleš a The Epoch Times. “En realidad eran dos volantones, pero por desgracia uno ya había perecido. El nido no estaba por ninguna parte”.
Pero la pareja, que es amante de los animales, no sabía nada sobre aves huérfanas, solo tenía su corazón dispuesto a ayudar. Así que, sin perder un segundo, comenzaron empaparse de información y rápidamente se convirtieron en los mejores “padres sustitutos”.
El pajarito, de unos diez días de vida, había soportado bastante bien la caída y estaba ileso. Solo había que esforzarse en darle alimento y mucho calor.
“Sobreviví a una fea caída de mi nido. Fui recogido por esta gran criatura. Tengo frío, hambre y miedo ….”, publicó la pareja en Instagram en lo que fue el inicio de una gran historia que se volvió viral.
(Cortesía de Aleš Zariè, Chibi the sparrow)
Le prepararon una pequeña incubadora de cartón con agujeros pero con calefacción, y la llenaron de mantas suaves. El pequeño gorrión se acurrucó tan placenteramente que fue una buena señal.
Pero el gran desafío era alimentar a Chibi, como apodaron al ave.
“Nos equipamos de conocimientos y empezamos a alimentarla con una mezcla de comida húmeda para gatos, tofu y plátanos. En retrospectiva evitaríamos usar comida para gatos… pero teníamos que idear algo rápido”, explicó Aleš.
(Cortesía de Aleš Zariè, Chibi the sparrow)
Con pinzas, goteros y muchísima dedicación, Chibi comenzó a alimentarse, y a crecer.
Afortunadamente para Chibi, eran épocas de pandemia y la pareja tenía tiempo para dedicarle, porque tenían que alimentarlo cada media hora.
Necesitaba cuidados de tiempo completo.
“Tenía unas condiciones perfectas y nuestra atención constante”, aseguró la Aleš.
Como Chibi comenzó a prosperar de una manera increíble, Janja y Aleš empezaron a preparar el plan para que pueda volar y volver a su hábitat natural, que era la meta desde el primer momento que el ave llegó a sus manos. Pero Chibi tenía otros planes.
“La soltamos pero volvió, ¡esa es la historia corta!”. dijo Aleš. “Voló hasta un árbol y volvió. Fue una de las cosas más increíbles que hemos visto nunca: un gorrión diminuto, esponjoso y lleno de energía que vuelve a tu lado y quiere ir a casa a comer puré de patatas. ¿Cómo es posible?”.
Como la pareja vive en un piso alto habían preparado el escenario para librar a Chibi en el patio de un amigo, pero no importaba cómo y cuánto lo intentaran, Chibi volaba pero volvía minutos después.
“Volvimos a intentarlo al día siguiente y al siguiente, pero con los mismos resultados. Fue entonces cuando decidimos que su sitio estaba en nuestra casa y ya no miramos atrás”, recordó Aleš.
Chibi, que ya cumplió tres años, está completamente integrado a sus humanos, que adaptaron su casa para que el ave viva feliz. Vuela por la casa, hace nidos con palitos y papel y sale a pasear a donde sea que Janja y Aleš van.
(Cortesía de Aleš Zariè, Chibi the sparrow)
Pero no solo se ha vuelto una mimosa ave doméstica, sino que tiene la capacidad de interactuar con otros pájaros y volar en liberad, solo que siempre, pero siempre, vuelve a su hogar.
“Porque tu amor es un tesoro precioso”, dice una de las tiernas publicaciones de Instagram que revela el vínculo especial que la pareja formó con el ave.
Janja y Aleš le dijeron al The Epoch Times: “Puede que le hayamos salvado la vida, pero ella cambió tanto la nuestra que nunca podremos devolvérsela”.