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La lealtad de un perrito lo llevó tan lejos que terminó en la oficina del director de una escuela, luego de seguir a los niños de la familia sin que ellos se dieran cuenta.
Sandy es un adorable perrito de la raza labradoodle, una peculiar raza que resulta de cruzar un labrador retriever y un caniche estándar, quien vive felizmente junto a su familia en Meridian, Idaho en EE. UU.
Y como todo buen perro protector, siempre está al tanto de cómo está cada uno de los miembros de su familia, compuesta por Karen Manthey, su esposo Trevor y sus cuatro hijos.
Pero un día, Sandy se pasó de la raya, algo que le costaría un gran “castigo”. A finales de 2020, el peludito siguió a los niños hasta la escuela, en una ruta que es relativamente corta y que hacen a pie.
Los pequeños no se percataron que su amado y travieso perro se escabulló detrás de ellos, algo que ya había intentado otras ocasiones pero sin éxito, de acuerdo a The Dodo.
Sandy estaba tan emocionado que armó un alboroto en la escuela, lo que le valió que lo enviaran directo a la oficina del director, al menos en lo que llamaban a Manthey para que lo recogiera.
Desafortunadamente, en ese momento Manthey tenía el celular apagado.
¿Este es tu perro?
Pero mientras esperaba, la traviesa mascota no se quedó de patas cruzadas. Entusiasmado, Sandy quiso observar el panorama desde la ventana del director de la escuela.
La adorable imagen de Sandy fue tomada por un vecino que no tardó en enviarla a Manthey junto a un mensaje de texto: “Sé que no todos los labradoodle son tuyos, pero ¿este es tu perro?”.
Pero Manthey no se dio cuenta de la ausencia de Sandy hasta que una de sus hijas llegó a la casa con ella.
“La escuela intentó llamarme pero mi teléfono estaba apagado, mi vecino que estaba en la escuela le hizo la famosa foto para preguntarme si era mío”, recordó Manthey.
Y agregó: “como vivimos tan cerca, la escuela permitió que mi hija lo llevara a casa. Ambos estaban encantados con la aventura”.
Sin embargo, Manthey se sintió un poco avergonzada por el alboroto causado en la escuela de sus hijos, así que decidió ir a disculparse y, de paso, ver si podía compensarlos de alguna manera.
“Se rieron bastante”, dijo Manthey al mismo medio. De hecho le pidieron la fotografía donde quedó inmortalizado Sandy.
“Enmarcamos la fotografía y se la dimos a las administrativas de la escuela primaria donde ocurrió y ahora cuelga orgullosa en la oficina”, explicó Manthey a Vacaláctea.
Manthey decidió compartir la encantadora imagen de la travesura de su querido perrito en Facebook junto a la leyenda:
“Hoy, el tonto de mi perro siguió a los niños a la escuela. Aquí hay una foto de él en la oficina de la escuela, obviamente bastante avergonzado de sus acciones”.
La bella historia no tardó en viralizarse en redes sociales. Los internautas aplaudieron la audacia y lealtad del perrito por siempre querer estar con su familia… incluyendo en la escuela.
Sandy ama a su familia y, aunque regularmente sabe seguir las reglas, “su corazón a veces supera su entrenamiento de obediencia”, reflexionó Manthey, de acuerdo a The Dodo.