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Desolada por la muerte de su perro, una joven encontró consuelo de la manera más hermosa gracias a sus otras mascotas.
Una joven de Asheville, Carolina del Norte, afrontó un difícil momento cuando falleció su amado perro, un sabueso al que quería con locura. Su partida le dejó un dolor tan grande que lo compartió con sentidas palabras en las redes sociales.
“Te echo de menos con cada fibra de mi ser”, escribió la joven en su cuenta de TikTok. Y continuó: “Hay días en los que duele tanto que no puedo ni moverme. Algunos días todo lo que puedo sentir es tu ausencia”.
Copper, no solo era un perro especial, sino que era el compañero leal de Pumpkin, otra mascota de la familia, con la que compartían juegos, siestas y muchos mimos.
Por eso cuando Copper murió, pensaron que Pumpkin se deprimiría por su ausencia.
“Pumpkin y Copper siempre estaban abrazados y cuando lo perdimos me preguntaba si ella se recuperaría alguna vez. Eran inseparables desde que llegó a casa a las 10 semanas”, escribió la mujer.
Sin embargo se sorprendieron ante una escena tan amorosa que demostró que Copper seguía presente en el corazón de todos.
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Pumpkin encontró refugio entre las patas de Banana, que se volvió cariñoso y protector, llenando de abrazos a su amiga canina.
La escena, que se repitió varias veces, fue grabada por su dueña que volvió a las redes pero ahora para expresar su alegría.
“Siento que he dicho esto antes, pero me hace tan feliz verlos así, dijo la joven junto a un hermoso video de sus mascotas, y agregó: “Verla a ella y a Banana así todo el tiempo me hace muy feliz. Nos ayuda a sonreír y a curarnos cada día. Tan agradecido por él”.
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En otra entrada escribió: “Me encanta que Pumpkin y Banana se acurruquen constantemente. A Pumpkin le dolió tanto perder a Copper como a mí, si no más por el hecho de que no lo entendía. Siempre se abrazaban. Es tan bueno verla abrazada de nuevo, no lo hace así con los otros perros”.
No hay duda que las mascotas son una fuente de inspiración, que nos enseñan que el amor que sana puede estar en todos lados, solo tenemos que abrir nuestro corazón para dejarlo entrar.
