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Toda una familia lloró la ausencia de su perrita luego de perderse sin dejar rastro alguno. Ocho meses después de su desaparición, recibieron una noticia que los sorprendió.
Jazz, una cocker spaniel, era la mascota amada de una familia de Powys, en Gales. Todos la adoraban y nadie imaginaba que un día se apartaría de su lado, por eso el día que desapareció repentinamente, el corazón de todos se rompió.
“El día que Jazz desapareció pensamos que se había escapado, pero nunca lo había hecho. Al día siguiente empezamos a pensar que tal vez la habían robado, porque no había regresado”, dijo Emma Darling a la página de mascotas ECV.
Emma y su familia estaban decididos a encontrar a Jazz. Se pusieron en contacto con Petlog, donde está registrado el microchip de Jazz, y también con sus veterinarios para dar aviso. Pegaron carteles, y compartieron decenas de publicaciones en las redes sociales durante varios meses.
Pero Jazz no aparecía, y aunque pasaba el tiempo el dolor no se mitigaba, al contrario, la angustia crecía con solo pensar en el destino que había corrido la canina.
“Los tres primeros meses me dediqué literalmente a rastrear grupos de redes sociales de perros desaparecidos o robados y sitios de venta, y compartí el cartel de perro perdido en todas partes. Estábamos muy preocupados por cómo la estaban tratando, si la alimentaban y si tenía un lugar seco y cálido cuando hacía frío”, dijo Emma.
Cuando el dolor la asechaba, Emma no podía ni siquiera comer. “Algunos días me echaba a llorar. Mis dos hijas estaban tan tristes que se me partía el corazón. Estuvimos tristes mucho tiempo”, recordó.
Pero no se rindieron y siguieron buscándola como el primer día. Incluso seis meses después de su desaparición Emma publicó en su cuenta de Facebook:
“¡Nunca pensé que todavía te estaría buscando 6 meses después! Todavía estamos buscando a Jazz, nunca nos daremos por vencidos hasta que la encontremos”.
La búsqueda de Jazz continuó durante ocho meses, hasta que un día, Alex, un trabajador de la salud, encontró una perrita demacrada en la parte trasera de una ambulancia que alguien dejó mientras atendían a un paciente en Wolverhampton, a más de 80 km de Powys.
Cuando Alex la encontró, estaba mojada y cansada, así que decidió llevarla a casa para bañarla, darle calor y alimentarla. Al día siguiente la llevó al veterinario donde rastrearon el microchip y llamaron a sus dueños para dar aviso del hallazgo. Afortunadamente atendió Emma y la perrita era nada menos que Jazz.
“Cuando sonó mi teléfono aquel día… ¡Ni en un millón de años pensé que el veterinario me iba a decir que tenían a Jazz! Escanearon a Jazz y pudieron ponerse en contacto conmigo gracias a su microchip”, dijo Emma a ECV.
Jazz regresó a casa y ahora está rodeada del cariño de su familia que aún no da crédito de este milagro.
“Me costó un tiempo no llorar cada vez que mencionaba a Alex cuando contaba la historia de Jazz; realmente es un ángel, siempre le estaré muy agradecida”, dijo Emma.
Emma, que ha tomado conciencia de la cantidad de mascotas que desaparecen y no vuelven a casa, también se mostró agradecida con el servicio de microchip que fue clave para reunirlos con Jazz.
“Mi consejo a otros propietarios es que comprueben los datos de su microchip y se aseguren que estén actualizados, por si ocurre lo peor y para mantener a salvo a su mascota”, destacó la mujer.
Petlog también aconseja actualizar periódicamente los datos de contacto del microchip para tener más posibilidades de encontrar a su mascota.