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Un gatito llamado Tom fue abandonado por su madre en sus primeros días de vida en un lugar alejado con espesa vegetación.
El pequeño se sentía muy solo y estaba muy hambriento, así que tuvo que salir a buscar alimento.
Caminó entre la espesa vegetación hasta que encontró una enorme ciudad.
Un poco sorprendido por la inmensidad del lugar, Tom continuó su camino en busca de ayuda.
De repente se cruzó con un joven que se veía muy débil y agotado.
Sin embargo, cuando aquel hombre vio al minino, lo agarró y se lo llevó.
Tom vio que era un hombre bueno y no tuvo miedo.
El joven lo llevó a su casa, le dio comida y lo cubrió con una manta para que no tuviera frío.
Así Tom conoció la bondad, y su vida se colmó de felicidad.
Pero luego el gatito notó que había un enorme perro en casa y quiso ganarse su cariño y confianza, así que se le ocurrió un plan.
Para ver lo que ocurrió después mira el videocuento a continuación:
Aunque se cree que los gatos no son gruñones por naturaleza, son animales bondadosos. Se demostró recientemente que estos felinos domésticos van forjando su cariño de acuerdo a sus vivencias y adoptan algunos rasgos de la personalidad de sus propios dueños.