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Este viejo caballo recibió una segunda oportunidad gracias al cariño y los cuidados que recibió, y su transformación es impresionante.
Bud estaba a punto de ser vendido a unos carniceros en México por su peso en carne de caballo. El pobre animal se encontraba en un estado deplorable, tras años de descuido en un rancho de indios del oeste de Texas.
Entre un grupo de más de 50 caballos de trabajo, que estaban siendo descuidados por los dueños del rancho, Bud era uno de los más afectados.
El pobre caballo sufrió años de hambre, estaba infestado de parásitos y tenía los dientes deteriorados. Todo esto le causó daños gastrointestinales, cojera crónica y se notaba que nunca había sido atendido por un veterinario.
Su estado era el más grave, en la escala para la obesidad estaba en “1”, tenía marcado esqueleto debido a la poca o nula grasa, tenía deformada la columna y sus patas delanteras estaban muy dañadas.
Afortunadamente Christina Hays , de 27 años, fundadora de Forever Freedom Reins Equine Rescue Corp, una organización sin fines de lucro situada en Spring, Texas, llegó al lugar para salvarlo.
“Conocí a Bud a través de una amiga cercana que había sido contratada recientemente en este rancho. Estaba impactada por las condiciones en las que se encontraban muchos caballos”, declaró Hays a The Epoch Times.
Estaban vendiendo los caballos deteriorados, ya que dejaron de ser útiles para los dueños del rancho. En 2019, Hays compró a Bud y a otros 7 el mismo día. Desafortunadamente, 2 de los 8 caballos no lograron sobrevivir.
Fue una larga recuperación para el viejo caballo Bud, el proceso duró un año y durante este tiempo recibió cuidados dentales, radiografías para analizar su cojera y estuvo hospitalizado en diversas ocasiones debido a los problemas intestinales.
Video cortesía de Christina Hays
Actualmente, Bud recibe la atención veterinaria que siempre debió tener, le suministran pasillas e inyecciones para el dolor e inflamación y lo alimentan con papilla desde que perdió todos los dientes.
Además de la atención médica, Bud está recibiendo muchísimo cariño, lo que ha hecho la receta perfecta para que este viejo corcel vuelva a la vida.
Desde su rescate, Bud ha aumentado más de 90 kilos y la cojera casi se ha ido, según Christina. Ahora puede galopar en el campo sin problemas ni dolor.
“A día de hoy, relincha y relincha a la hora de comer. Siempre está tan emocionado”, dijo Hays.
La realidad de Bud es muy distinta ahora, tiene kilómetros de verdes prados para disfrutar y un establo que le encanta para descansar.
Un hogar para toda la vida
Christina decidió quedarse con Bud y hacerse cargo de él por el resto de su vida.
“Debido a su edad y a sus problemas gastrointestinales, pensamos que lo mejor es que viva sus últimos días con nosotros”, aseguró.
Freedom Forever Reins es una fundación que da un claro ejemplo del amor y la compasión que se debe tener por todos los seres vivos.