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Un insólito pasajero protagonizó una escena digna de película cuando decidió viajar solo en un concurrido metro de Australia, sin pagar y en hora pico.
Era una ajetreada mañana de julio cuando un perro labrador llegó apurado a uno de los andenes de la estación Hoppers Crossing de Melbourne, Australia.
Cuando el reloj marcó las 8:20, el can olfateó un poco el vagón y eligió una de las puertas por la cual entró con toda la convicción de un pasajero frecuente.
Pero aunque las cámaras de seguridad captaron toda la escena, fue demasiado tarde, porque el tren cerró sus puertas y el polizón viajó gratis ocho estaciones hasta llegar a Flinders Street donde fue suavemente expulsado.
“Recientemente, nuestras cámaras de CCTV captaron a un pasajero muy especial viajando en la red”, publicó Metro Trains Melbourne en su página oficial de Facebook.
Fue una empleada quien lo bajó con mucha dulzura; momento que también quedó registrado en las cámaras de la estación. En la plataforma lo esperaba otro empleado que le puso la correa y fue llevado a las oficinas de la empresa.
Storm, como más tarde supieron que se llamaba el perro, viajó 25 kilómetros en el tren, una distancia bastante larga para viajar sin su familia.
Afortunadamente Storm tenía microchip y pudieron localizar a sus dueños que habían llegado desde Sydney para visitar Melbourne. Pero antes de ser recogido pasó un buen rato con los empleados de la estación que lo mimaron e incluso lo llevaron a pasear por los alrededores de la ciudad.
Su familia, que quedó muy sorprendida por el lío en el que se metió Storm, estaba feliz de recuperarlo y compartió imágenes del aventurero can.
Luego que Metro Trains Melbourne publicara la secuencia completa en Facebook, el video se volvió viral con miles de likes y comentarios, no solo por la simpatía del perro, sino también por la bondad del personal que, según la empresa, “cuando Storm bajó del tren en Flinders Street, el equipo de Metro le dispensó un trato digno de la realeza”.
Afortunadamente todo salió bien, con Storm de vuelta en casa luego de iluminarle el día a muchos con su alegría.
(Cortesía de Metro Trains Melbourne)