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Una mujer se encargó de cuidar a un bebé flamenco hembra, que con el tiempo se alejó sin dejar rastro. Pero un día, la hermosa ave regresó y la reconoció.
Elly Albers, de 54 años, oriunda de Holanda, vive en Bonaire, un municipio insular de los Países Bajos, desde hace más de 30 años.
A inicios de 2018, unos habitantes del sector llegaron a la casa de Elly con un pequeño flamenco que había sido abandonado por sus padres. Sin imaginarlo, este sería el primer flamenco de muchos otros que Elly ayudaría.
Con muy poca experiencia en rehabilitación de aves, Elly contactó a algunas organizaciones de rescate de animales ubicados en Holanda para aprender a cuidar a su querido flamenco, al que llamó “Baby”. Y lo hizo muy bien.
Baby se mantenía a todo momento al lado de su cuidadora. La seguía a todas partes, e incluso dormía a su lado. Pero cuando Elly estaba ocupada o debía alejarse, guardaba a Elly en una jaula.
Cuando Baby cumplió cuatro meses, estaba muy fuerte y empezó a volar. Así que Elly empezó un proceso para liberarla.
El flamenco empezó a ir a los humedales de la isla, y regresaba a casa cuando Elly la llamaba. “Salía del agua y yo corría a abrazarla”, dijo Albers a The Epoch Times.
Pero un día Baby no regresó y simplemente desapareció.
“Así empezaron los rescates”, dijo Elly a The Dodo. “Nadie se ocupaba de las aves en Bonaire, así que tuve que encargarme. Conseguimos unas cuantas jaulas, y obtuvimos algo de experiencia básica”, gracias al cuidado de Baby.
En los siguientes tres meses, Elly recibió a más de 500 flamencos que necesitaban algún tipo de rehabilitación. Luego fueron llegando otros tipos de aves. Entonces, el 1 de junio de 2018, Ally decidió crear la fundación Bonaire Wild Bird Rehab con el fin de proporcionar un hogar a las aves enfermas o heridas de la isla.
Un adorable reencuentro
Una mañana, después de 8 meses sin ver a Baby, Elly se acercó a alimentar a una aves y vio una que le resultó muy familiar.
“Le dije, oye, vaya, te pareces a Baby. Tienes las patas brillantes. Y ella me miró y corrió hacia mí y se tiró al suelo”, dijo Elly a The Epoch Timesl. “Empecé a llorar y llamé a mi esposo, ‘¡mira quién regresó!”.
“Fue precioso. Después de tanto tiempo, todavía reconocen”.
(Cortesía de Elly Albers)
Ahora, cinco años después de rescatar a Baby, Elly dirige un centro de rehabilitación de aves y realiza excursiones guiadas en barco o kayak.
“Probablemente rescatamos ya unos cuantos miles de flamencos”, dijo Elly al medio. “Tuvimos algunas temporadas duras con muchos flamencos que llegaban a la vez; a veces quinientos en unos pocos meses”.