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Un perrito que andaba por el mundo gruñendo a todos los que se cruzaban por su camino, cambió completamente su actitud gracias a sus rescatistas.
Frankfort, un bulldog de color blanco y negro, apareció en septiembre vagando por las calles de Mechanicsburg, en Pennsylvania, al parecer con no muy buena actitud. El centro de rescate de animales Speranza Animal Rescue recibió una llamada preguntando si podían recibirlo, y decidieron aceptar el reto.
“…Era menos que amigable. Y su expresión gruñona permanente estaba acompañada de gruñidos y gruñidos”, dice una publicación en Facebook de Speranza Animal Rescue.
Los funcionarios del centro de rescate lo recibieron con los brazos abiertos y estaban decididos a darle todo el cariño que necesitaba y enseñarle a comportarse.
“Aprenderá que no gobierna el puesto y que estamos aquí para mostrarle modales, amor, y que morder cuando no se consigue lo que quiere no está bien”, se agregó en la publicación.
Después de una revisión, el veterinario se descubrió que Frankfort tenía una alergia en la piel e infecciones en los oídos, y empezó un tratamiento con medicamentos.
Además, Frankfort inició una rutina diaria con sus cuidadores para aprender a pedir sin mostrar agresión, caminar con correa y confiar en los otros perros del lugar.
Al poco tiempo, el pequeño bulldog cambió completamente de actitud. Su mala expresión en su cara se desvaneció y se reemplazó por una más tranquila y animada.
“Frankfort, alias Frank, está aquí para hacerles saber a todos que está listo para pasar a cosas más grandes y mejores”, escribió Speranza Animal Rescue en una actualización el 20 de noviembre.
Ahora, Frankfort espera pacientemente por una familia que lo adopte y le de el cariño que necesita para olvidar las malas experiencias que debió sufrir mientras vivía abandonado en las calles.
“Necesito un dueño con experiencia y dispuesto a entender que necesitaré límites y no permitirme gobernar la casa. Lo sé… Lo sé…. Eso no es divertido, pero es lo mejor”.